En el mundo antiguo la violencia en la guerra era muy probablemente otra distinta a como es hoy. Estamos acostumbrados a ver la paz y la guerra como algo consecutivo, pensando que la paz es lo normal y la guerra una interrupción, cuando lo cierto es que la historia de Europa, por ejemplo, dista mucho de ser así. Lo excepcional precisamente es la paz en el mundo antiguo, aunque las guerras no solían ser de exterminio. El papel de la guerra y de la tecnología bélica ocupan en dicho proceso una importancia relevante (la toma de Constantinopla a manos de los turcos, en el S.XV, se considera la fecha inaugural del proceso). De esta forma, una de las obsesiones de los primeros Estados modernos –principescos- será el de la defensa –murallas, etc.-
A lo largo de la historia se ha producido un paulatino proceso de deshumanización de la guerra que sigue en la actualidad, se produce una absoluta despersonalización del combate (el uso de la técnica conlleva, no la fuerza entre iguales, sino la lucha entre subordinados) Y se provoca que el combatiente se aferre al lugar del combate (hay una interiorización del control previo del combatiente, como máquina de matar).